domingo, 15 de abril de 2007

Propuesta 2


Mi penumbra se unió a la tuya, y surgió la oscuridad. Unas nubes de silencio inundaron nuestras mentes y, sigilosamente, nos desarmaron de voluntades y deseos.

Tu y yo, mientras, recogíamos aliento para el nuevo día.

Veloces figuras informes se cruzaban con frases incompletas provocando colapsos en el entendimiento. Una descolocada idea chocó con mi respiración, cuando un suspiro tuyo silenció mi ronquido.

Y cuando otra ninfa flotaba en la esquina de un blandengue pensamiento, una estampida de insultos derretidos impactó contra un tranquilo sueño que paseaba por tu nuca.

El alboroto no llegó más allá de tus alicaídos párpados, otras veces defensores, pero ahora cómplices en acallar las voces de tu sentimiento.

Cuando nuestras cansadas oscuridades se retiraban a descansar de tanto trajín, mis defectos daban codazos a tus virtudes para colocarse en mejor sitio. Entonces, cuando la luz abría ya la puerta a la consistencia del dia, fue cuando mi último sueño, despistado y atolondrado por el vuelo del alba, llegó tarde a la verja de mis ojos, y quedó prendido en la trama de tus pestañas.

Fue el tema de conversación del dia.